Atardece

sobre el pastizal

el paso del invierno

un tono amarillento

como en las fotos viejas

la luz cae lejos

y tiñe las últimas nubes

que esperan gozosas volver a llover.

Vuelan golondrinas

hacia el norte

buscan calor.

Todo lo observo:

el camino, los álamos, más allá la sierras.

A mis espaldas, la casa de barro

tiene cocina a leña, panel solar y grandes ventanas.

La tierra fecunda.

El paisaje es claro:

no existe el vacío,

hasta en el silencio la vida arde.


 Desperté y quise preguntarte

                    ¿a qué huele una ciudad después de tantas primaveras rotas?



Pasado

 

Qué hacer con este aire

que ya no huele a vos.


Te retiraste

lentamente del amor

como quien rompe una vasija

y desaparece

lentamente

para no ser descubierto.