Hoy, en este presente, tendrías 28 años. Como los que voy a cumplir yo. Quizás seguirías soñando con un mundo sin dolor, o al menos, uno donde todo duela un poco menos. Uno donde a tu niña (esa que sacaba la lengua concentradísima mientras dibujaba) la vida le devuelva la oportunidad de crecer, sin manos ajenas sobre su cuerpo. La oportunidad de jugar a tiempo, sin agujas ni salas de hospital sobre su espalda.
Hay mundos que no parecen justos. Aprendizajes que parecen imposibles.
Hoy tendrías 28 años como los que voy a cumplir yo y entonces mientras te escribo esto recuerdo mi sueño. Ese donde el dolor (de morir o vivir, que es el mismo) era inevitable, pero vos estabas ahí, a mi lado, sosteniendo mi mano y sonriendo.
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